Bienvenidos mis querido alumnos!

Este Blog está destinado a ustedes alumnos de la Escuela Joaquim Murtinho. Es un espacio para conocernos un poco acerca de la cultura guarani, es decir, el folklore paraguayo.
Desde aquí podemos cambiar informaciones, desarrollar la lectura y la escrita. Buen trabajo a todos!
Besitossssss

segunda-feira, 16 de agosto de 2010

Música

La música es una de las expresiones más singulares e identificadoras del Paraguay. La misma apareció como creación del criollo, a mediados del siglo XIX. La Polca, que adoptó el nombre de un ritmo europeo, es la forma más típica y tiene sus versiones ligeramente distintas en la Galopa, el Kyre’ÿ y la Canción Paraguaya. Las dos primeras son más rápidas y alegres que la polca convencional y la tercera, un tanto más lenta y melancólica. Otras formas populares constituyen el Purahéi Jahe’o y el Compuesto, que cantan generalmente historias tristes, amorosas o épicas.

La polca suele apoyarse en una letra poética, pero existen piezas instrumentales emblemáticas de la música paraguaya como Pájaro Campana de Félix Pérez Cardozo.

Arpa paraguaya



La Guarania es la segunda forma más conocida de música paraguaya y la misma fue creada por el gran músico José Asunción Flores en 1925, con un ritmo más lento que expresa admirablemente el carácter melancólico del hombre paraguayo. Cuando esta nueva forma alcanzó un gran éxito, el músico avanzó un poco más en su innovación y creó la guarania sinfónica, cuyos ejemplos son las conocidas piezas Mburicaó y Panambí Verá. Sus composiciones más ambiciosas fueron los poemas sinfónicos como María de la Paz y Ñanderuvusú.

La música paraguaya se apoya fuertemente en dos instrumentos: la guitarra y el arpa, cuyos primeros ejemplares fueron traídos por los conquistadores y encontraron carta de nacionalidad y estilo propio en el país. Félix Pérez Cardozo fue el artista que llevó al arpa paraguaya a su trascendencia internacional, junto a Digno García, Luis Bordón, y Lorenzo Leguizamón. Entre los mejores cultores contemporáneos están Nicolasito Caballero, César Cataldo e Ismael Ledesma, este último un gran innovador de la música de arpa.

La guitarra encontró un eximio compositor e intérprete en Agustín Pío Barrios (también conocido como "Mangoré"), calificado por la crítica como el “Paganini de la guitarra”, que creó composiciones de alta técnica como La Catedral, Las Abejas y Danza Paraguaya.

A partir de la década del 40, muchos músicos paraguayos y podría decirse los mejores, sufrieron el destierro o se autoexiliaron por la difícil situación que vivía el país. Junto a los citados José Asunción Flores y Agustín Barrios, puede mencionarse a Herminio Giménez, Carlos Lara Bareiro y Francisco Alvarenga.

Entre los músicos que quedaron en el país, Remberto Giménez creó la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Asunción y Juan Carlos Moreno González la Zarzuela Paraguaya. Otros importantes autores posteriores son Florentín Jiménez, Luis Cañete, Nicolás Pérez González y Luis Szarán.

Entre los grandes compositores de música popular están Mauricio Cardozo Ocampo, Agustín Barboza, Herminio Jiménez, Demetrio Ortiz y el requintista Efrén Echeverría.

A partir de los años 70, la música paraguaya mostró señales de renovación y aparecieron la corriente del Nuevo Cancionero y la Avanzada de Oscar Nelson Safuán. El Nuevo Cancionero tuvo creadores prolíficos como Maneco Galeano y Carlos Noguera, e intérpretes destacados como el grupo Ñamandú y el grupo Sembrador. En otra línea experimental que combina diferentes lenguajes musicales se inscriben los músicos René Ayala y Rolando Chaparro. En una línea más cercana a lo tradicional, hay que mencionar al requintista Juan Cancio Barreto y al dúo Vocal Dos, entre otros.

A partir de los años 80 se nota una gran actividad de la música culta, con nuevos nombres que van alcanzando reconocimiento: Daniel Luzco, Saúl Gaona y Diego Sánchez Haase. La guitarra culta ha dado dos nuevas intérpretes de refinada técnica: Berta Rojas y Luz María Bobadilla, en tanto se crearon la Orquesta Sinfónica Nacional y varias orquestas juveniles. Un creciente movimiento de rock nacional y la nueva “Canción Social Urbana” aportan lo suyo en el rico panorama actual de la música paraguaya.

Ñanduti

El Ñanduti es un encaje típico de agujas. Ñanduti quiere decir tela de araña. El Ñanduti es tejido principalmente en Itaguá. Este tejido fue probablemente traído a nuestro país durante la época colonial, este encaje encuentra a sus ascendientes en los encajes de Tenerife o Canarias.

El ñanduti se teje sobre bastidores de madera, sus diseños tienen como base círculos radiales. Anteriormente solo se bordaba en blanco, actualmente se borda en diferentes colores, el ñanduti es generalmente bordado en cuellos, bordes de manteles, posa vasos, etc.

El ñanduti es el bordado característico de la vestimenta tradicional paraguaya.

Artesanía


La diversidad de culturas en Paraguay permitió un desarrollo constante y expansivo de las artesanías. De la tradición indígena más que de otra se adquieren las bases para hacer varias de las artesanías conocidas de Paraguay, en diferentes tipos de materiales.

Las artesanías paraguayas son muy admiradas alrededor del mundo por sus particulares y atractivas características. Los artesanos enseñan a sus hijos el oficio y así es como durante muchos años se mantuvo viva esta parte tan importante y característica de Paraguay.

Los diferentes tipos de artesanías:

* Alfarería.
* Artesanía en cuero.
* Artesanía indígena.
* Artesanía en madera.
* Cestería.
* Encajes.
* Hamacas.
* Hilados.
* Instrumentos Musicales.
* Mimbre.
* Ñandutí.
* Orfebrería típica.
* Piolas y escobas.
* Ponchos.
* Sombreros.
* Tejidos.
* Trabajos en guampa.

La leyenda de la yerba mate

Había una vez un señor que tenía una hija muy hermosa y muy buena; era su alegría y toda su esperanza. Para cuidarla mejor y alejarla de todos los peligros de la vida fue con su esposa y la joven a vivir en medio de una gran selva, cerca de los Saltos del Guairá. Allí el hombre cultivaba maíz, mandioca, zapllo y otras plantas para el sustento diario. Eran pobres, pero libres y felices.

Si el tiempo era favorable, había abundante cosecha y lo pasaban bien; pero había temporadas en que la cosecha era muy escasa, entonces se alimentaban con frutas y miel que encontraban en el monte.

Un día fue llegando al rancho una persona de presencia agradable. Con suaves palabras pidió al dueño de casa que le permitiera pasar la noche con ellos, que al día siguiente, al salir el sol seguiría su camino.

Aceptó el dueño de casa y le dió el mejor trato posible al forastero.

Al amanecer, tomó el viajero su bastón y su alforja para proseguir su camino, pero antes le dijo al dueño de casa:

- Yo soy un enviado del cielo, y he venido a enseñar y premiar a los buenos. Me llaman en estas tierras Pa’i Zume. Como sabía que estabas viviendo en la soledad para salvar a tu querida hija de toda clase de peligros, he llegado hasta aquí donde encontré el más generoso hospedaje: me has ofrecido la única gallina que tenía, y me has dado tu cama. En premio a lo que he recibido de ti, haré que tu hija no muera jamás: la convertiré en planta. Los hombres cortarán sus ramas y le arrancarán las hojas, pero ella volverá a brotar más lozana.

El personaje se despidió y siguió andando su camino. Se fue hacia el lado del alba, a otros remotos lugares, quien sabe adónde, llevado por la mano de Dios.

Y la hermosa joven se convirtió en la planta del Ka’a.

Desde entonces, las ramas y las hojas cortadas de la yerba mate son tostadas y molidas para que después de cebadas, ya sea con agua caliente o fría, sirvan al hombre de bebida reparadora y estimulante.